Explora la revista de la comunidad Pequeñas Apóstoles de la Redención y mantente al día con las noticias, eventos y testimonios de todas nuestras casas y hogares.
¡Conéctate con nuestra comunidad!
Explora la revista de la comunidad Pequeñas Apóstoles de la Redención y mantente al día con las noticias, eventos y testimonios de todas nuestras casas y hogares.
¡Conéctate con nuestra comunidad!
Somos una Congregación formada por religiosas, fundada en el año 1949 por el Padre Arturo D’Onofrio y la Madre Anna Vitiello, para ser continuadoras de una Obra dedicada a los niños Post segunda guerra mundial, nacida en la época navideña del año 1943, en la casa paterna del Fundador. Nuestra Familia está compuesta por trescientas ochenta mujeres de fe en el mundo, Compartimos con los Misioneros de la Divina Redención, el origen, la finalidad, el carisma espiritual, habiendo nacido bajo la inspiración del Espíritu Santo del mismo Fundador.
La congregación se extiende rápidamente en Italia meridional; recibe la aprobación por parte de la diócesis de Nola y algunos años después, la aprobación pontificia.
En el 1971 la congregación se extiende hacia el continente suramericano llegando a Colombia para continuar con la misión ya iniciada, actualmente la obra se encuentra extendida en 5 departamentos como son Antioquia (Medellín y La Estrella), Valle del cauca (Buenaventura), Norte de Santander (Cúcuta), Cundinamarca (Bogotá) y Huila (Neiva).
La finalidad de nuestra Congregación es la gloria de Dios y santificación de todas las hermanas en la práctica de los tres votos simples de castidad, pobreza y obediencia, con una específica actividad apostólica encaminada al cuidado espiritual y material de la niñez desamparada, es decir, de los huérfanos, los desplazados, discapacitados y de los niños y niñas pobres que se encuentra de cualquier manera necesitados de nuestra enseñanza y nuestro cuidado corporal y espiritual (Constituciones HPAR, #4, 2012)
Alcanzar nuestra conformidad a Cristo siguiendo esencialmente sus pasos en el misterio Pascual, que nosotras debemos testimoniar al mundo con el fin de sembrar en las almas las semillas del Reino de Dios. (Constituciones HPAR, #8.1.b, 2012)
Fuerte experiencia de Dios, vida sacramental, oración incesante y meditación, relaciones fraternas armónicas, amor oblativo, profundo amor a María, pasión por la evangelización, servicio humilde, sobriedad y sencillez de vida, alegría, amor preferencial por los pobres, confianza en la providencia, fe activa y búsqueda del bien común.
Brindar protección a la población más vulnerable de la sociedad: niños, niñas, adolescentes, jóvenes y ancianos a través de hogares de protección, instituciones educativas, misión pastoral parroquial y social, Hogares de acogida, pastoral vocacional y otros servicios apostólicos y evangelizadores.
Somos una Congregación formada por religiosas, fundada en el año 1949 por el Padre Arturo D’Onofrio y la Madre Anna Vitiello, para ser continuadoras de una Obra dedicada a los niños Post segunda guerra mundial, nacida en la época navideña del año 1943, en la casa paterna del Fundador. Nuestra Familia está compuesta por trescientas ochenta mujeres de fe en el mundo, Compartimos con los Misioneros de la Divina Redención, el origen, la finalidad, el carisma espiritual, habiendo nacido bajo la inspiración del Espíritu Santo del mismo Fundador.
La congregación se extiende rápidamente en Italia meridional; recibe la aprobación por parte de la diócesis de Nola y algunos años después, la aprobación pontificia.
En el 1971 la congregación se extiende hacia el continente suramericano llegando a Colombia para continuar con la misión ya iniciada, actualmente la obra se encuentra extendida en 5 departamentos como son Antioquia (Medellín y La Estrella), Valle del cauca (Buenaventura), Norte de Santander (Cúcuta), Cundinamarca (Bogotá) y Huila (Neiva).
La finalidad de nuestra Congregación es la gloria de Dios y santificación de todas las hermanas en la práctica de los tres votos simples de castidad, pobreza y obediencia, con una específica actividad apostólica encaminada al cuidado espiritual y material de la niñez desamparada, es decir, de los huérfanos, los desplazados, discapacitados y de los niños y niñas pobres que se encuentra de cualquier manera necesitados de nuestra enseñanza y nuestro cuidado corporal y espiritual (Constituciones HPAR, #4, 2012)
Alcanzar nuestra conformidad a Cristo siguiendo esencialmente sus pasos en el misterio Pascual, que nosotras debemos testimoniar al mundo con el fin de sembrar en las almas las semillas del Reino de Dios. (Constituciones HPAR, #8.1.b, 2012)
Fuerte experiencia de Dios, vida sacramental, oración incesante y meditación, relaciones fraternas armónicas, amor oblativo, profundo amor a María, pasión por la evangelización, servicio humilde, sobriedad y sencillez de vida, alegría, amor preferencial por los pobres, confianza en la providencia, fe activa y búsqueda del bien común.
Brindar protección a la población más vulnerable de la sociedad: niños, niñas, adolescentes, jóvenes y ancianos a través de hogares de protección, instituciones educativas, misión pastoral parroquial y social, Hogares de acogida, pastoral vocacional y otros servicios apostólicos y evangelizadores.
Pastoral Vocacional Discernimiento
Descubre tu llamado a través de acompañamiento y formación, aprendiendo a escuchar la voz de Dios en tu vida cotidiana.
Es el primer paso donde la joven descubre su llamado a la vida religiosa. Durante esta etapa, vive en su propio entorno mientras recibe el acompañamiento vocacional a cargo de una religiosa sobre el conocimiento personal, espiritualidad y carisma de la Congregación. Periodo donde la joven puede realizar visitas periódicas a la comunidad y participar de diferentes encuentros. Esta etapa permite que la joven aprenda a discernir su llamado vocacional, reconociendo signos, dones y talentos que se alinean con el carisma y servicio evangelizador de la Congregación.
Aspirantado
Experimenta el estilo de vida al interior de la comunidad.
Tiempo de discernimiento y orientación, en el que se fomentan las bases para un camino de formación que lleva a la joven a verificar su llamada y asegurarse, a través de la experiencia, que posee las cualidades necesarias para vivir la vida de las Pequeñas Apóstoles de la Redención.
Postulantado
Fortalece tu compromiso y convicción, avanzando con fe y dedicación en tu formación integral.
Esta etapa inicia cuando las jóvenes candidatas están interiormente convencidas de que el Señor las ha llamado a seguirlo en la vida religiosa. Para ello, a través de un conocimiento inicial de nuestro carisma se introducirán en el estilo y forma de vida de la Congregación.
Noviciado
Sumérgete en una vida de oración y fraternidad, preparándote para una consagración temporal llena de significado.
Permite a las jóvenes candidatas tener una primera y plena experiencia del carisma, de la realidad comunitaria y del proyecto de vida de la Congregación vinculando la dimensión espiritual con la humana.
El fin inalienable del noviciado es, por tanto, el de asegurar a cada una de las novicias todos los elementos indispensables para conocer las exigencias esenciales de la vida religiosa, adquiriendo gradualmente la disponibilidad total al Reino de Dios y participando en la vocación específica de las Pequeñas Apóstoles de la Redención.
Esta etapa se desarrolla en un período de dos años.
Profesión temporal- Juniorado
Reafirma tu vocación con el SI en la consagración que te lleva a hacer miembro activo de la Congregación.
Esta etapa representa un tiempo de discernimiento, maduración de la conciencia, la experiencia de fe y de vida en la persona consagrada para hacer una elección libre, responsable y definitiva. Es un recoger los frutos de las etapas anteriores y continuación del propio crecimiento humano y espiritual en el estilo de vida en el que se compromete.
Comprende el período de tiempo que va desde la emisión de los votos temporales a los perpetuos, cuya duración va de los seis a los nueve años, y tiene por finalidad “la preparación de la persona para la total consagración a Dios en el seguimiento de Cristo, al servicio de la misión
Profesión perpetua
Conságrate definitivamente a Dios, viviendo tu vocación con alegría y compromiso eterno.
Es la continuidad del proceso formativo que dura toda la vida, que implica a la persona entera. Cada mujer consagrada pronuncia como compromiso definitivo el de seguir a Cristo para edificar la Iglesia, expresándolo por una parte en la fidelidad a la Palabra y al carisma; y por otro con la atención a enraizar el Evangelio a la manera del fundador/fundadora en la variación dinámica de la historia cotidiana
Formación permanente
Continúa fortaleciendo tu vida consagrada, reavivando tu vocación con dedicación desde la misión con mística y entrega.
Incluso después de la profesión perpetua, la hermana continúa con su formación permanente, profundizando y haciendo cada vez más sólida su propia vocación para conocer mejor las expectativas, exigencias de la iglesia y las necesidades de la sociedad en que vivimos.
El lugar privilegiado de la formación permanente es la propia comunidad donde la hermana vive la actitud cotidiana de conversión, los valores de la vida fraterna y el coloquio con Dios.
Pastoral Vocacional Discernimiento
Descubre tu llamado a través de acompañamiento y formación, aprendiendo a escuchar la voz de Dios en tu vida cotidiana.
Es el primer paso donde la joven descubre su llamado a la vida religiosa. Durante esta etapa, vive en su propio entorno mientras recibe el acompañamiento vocacional a cargo de una religiosa sobre el conocimiento personal, espiritualidad y carisma de la Congregación. Periodo donde la joven puede realizar visitas periódicas a la comunidad y participar de diferentes encuentros. Esta etapa permite que la joven aprenda a discernir su llamado vocacional, reconociendo signos, dones y talentos que se alinean con el carisma y servicio evangelizador de la Congregación.
Aspirantado
Experimenta el estilo de vida al interior de la comunidad.
Tiempo de discernimiento y orientación, en el que se fomentan las bases para un camino de formación que lleva a la joven a verificar su llamada y asegurarse, a través de la experiencia, que posee las cualidades necesarias para vivir la vida de las Pequeñas Apóstoles de la Redención.
Postulantado
Fortalece tu compromiso y convicción, avanzando con fe y dedicación en tu formación integral.
Esta etapa inicia cuando las jóvenes candidatas están interiormente convencidas de que el Señor las ha llamado a seguirlo en la vida religiosa. Para ello, a través de un conocimiento inicial de nuestro carisma se introducirán en el estilo y forma de vida de la Congregación.
Noviciado
Sumérgete en una vida de oración y fraternidad, preparándote para una consagración temporal llena de significado.
Permite a las jóvenes candidatas tener una primera y plena experiencia del carisma, de la realidad comunitaria y del proyecto de vida de la Congregación vinculando la dimensión espiritual con la humana.
El fin inalienable del noviciado es, por tanto, el de asegurar a cada una de las novicias todos los elementos indispensables para conocer las exigencias esenciales de la vida religiosa, adquiriendo gradualmente la disponibilidad total al Reino de Dios y participando en la vocación específica de las Pequeñas Apóstoles de la Redención.
Esta etapa se desarrolla en un período de dos años.
Profesión temporal- Juniorado
Reafirma tu vocación con el SI en la consagración que te lleva a hacer miembro activo de la Congregación.
Esta etapa representa un tiempo de discernimiento, maduración de la conciencia, la experiencia de fe y de vida en la persona consagrada para hacer una elección libre, responsable y definitiva. Es un recoger los frutos de las etapas anteriores y continuación del propio crecimiento humano y espiritual en el estilo de vida en el que se compromete.
Comprende el período de tiempo que va desde la emisión de los votos temporales a los perpetuos, cuya duración va de los seis a los nueve años, y tiene por finalidad “la preparación de la persona para la total consagración a Dios en el seguimiento de Cristo, al servicio de la misión
Profesión perpetua
Conságrate definitivamente a Dios, viviendo tu vocación con alegría y compromiso eterno.
Es la continuidad del proceso formativo que dura toda la vida, que implica a la persona entera. Cada mujer consagrada pronuncia como compromiso definitivo el de seguir a Cristo para edificar la Iglesia, expresándolo por una parte en la fidelidad a la Palabra y al carisma; y por otro con la atención a enraizar el Evangelio a la manera del fundador/fundadora en la variación dinámica de la historia cotidiana
Formación permanente
Continúa fortaleciendo tu vida consagrada, reavivando tu vocación con dedicación desde la misión con mística y entrega.
Incluso después de la profesión perpetua, la hermana continúa con su formación permanente, profundizando y haciendo cada vez más sólida su propia vocación para conocer mejor las expectativas, exigencias de la iglesia y las necesidades de la sociedad en que vivimos.
El lugar privilegiado de la formación permanente es la propia comunidad donde la hermana vive la actitud cotidiana de conversión, los valores de la vida fraterna y el coloquio con Dios.
¿Te has preguntado alguna vez cómo podrías servir a los demás, aunque no seas sacerdote o religiosa? ¿Sientes en tu corazón el deseo de hacer más, de compartir tu fe y ayudar a quienes más lo necesitan?
En la Congregación Pequeñas Apóstoles de la Redención, te invitamos a descubrir un camino especial. Un camino donde podrás compartir con nosotros nuestro carisma y espiritualidad, y ofrecer tu apoyo a los más vulnerables entre nuestros hermanos.
Como laico, tienes un papel importante que desempeñar en nuestra misión. Si no fuiste llamado a esta consagracion específica como religioso, puedes ser un faro de luz y esperanza en la vida de los demás.
¿Listo para dar el siguiente paso?
Haz clic en el botón “Laicos Arturianos” para conocer más sobre cómo puedes unirte a nuestra comunidad y ser parte de esta hermosa misión.
¿Te has preguntado alguna vez cómo podrías servir a los demás, aunque no seas sacerdote o religiosa? ¿Sientes en tu corazón el deseo de hacer más, de compartir tu fe y ayudar a quienes más lo necesitan?
En la Congregación Pequeñas Apóstoles de la Redención, te invitamos a descubrir un camino especial. Un camino donde podrás compartir con nosotros nuestro carisma y espiritualidad, y ofrecer tu apoyo a los más vulnerables entre nuestros hermanos.
Como laico, tienes un papel importante que desempeñar en nuestra misión. Si no fuiste llamado a esta consagracion específica como religioso, puedes ser un faro de luz y esperanza en la vida de los demás.
¿Listo para dar el siguiente paso?
Haz clic en el botón “Laicos Arturianos” para conocer más sobre cómo puedes unirte a nuestra comunidad y ser parte de esta hermosa misión.
Lunes a Viernes 02:00 PM - 04:00 PM
Lunes a Viernes 02:00 PM - 04:00 PM
HPAR
Hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención
NIT: 860029856-4
Cel: 3137439552
Direccion: Cr 30 # 100b 30 barrio Sto Domingo Sabio Nor-Oriente Medellín Comuna 1
Correo de contacto: aldeahpar@yahoo.com
Derechos reservados
HPAR